Aquí dejo un breve fragmento del manifiesto psicoterapéutico de
Guillermo Borja (terapeuta Gestalt) titulado "La locura lo cura". En este libro el autor
habla de muchos temas con una potencia extraordinaria. Me encanta leer
este libro, nunca salgo indemne...
Comparto ahora un
fragmento en el que habla de este tema que tanto me apasiona: la
relación entre personas adultas y niñas y niños. Me fascina como
oportunidad para el propio conocimiento, para tomar en cuenta qué se nos
moviliza estando con ellos, el reflejo que nos devuelven, la toma de
contacto con el placer... Aquí las palabras de Guillermo Borja:
"La
niñez es la época adecuada para expresarnos de manera desbordada,
dejando erupcionar nuestro volcán. Ésta es una posibilidad única e
irrepetible para una buena formación. El niño es intensidad en su
totalidad; en las conductas de los niños hay tanta energía que los
adultos se asustan, debido sobre todo a que su falta de presencia y
timidez les impide convertirse en el ser irracional que es su hijo y no
les deja abrir un ducto de contacto entre ambos. No me refiero sólo al
contacto físico sino al que se deriva de la animalidad compartida, tan
olvidada por los adultos. Los niños nos recuerdan la represión por
altavoces. Si les permitiéramos expresarse, nos guiarían en nuestra
enseñanza como padres, puesto que saben siempre lo que quieren, y lo
piden. El adulto, en una situación de necesidad, se queda un paso por
detrás del niño, porque no se atreve a pedir. Se cree que a cada edad
corresponde un comportamiento específico, pero esto es una programación
establecida por un dominante. No todas las etapas de la vida se
desarrollan tal como se supone, como no se madura una fruta porque se me
antoje. La auténtica pedagogía es aquella en la que lo que se espera
del otro se convierte sólo en esperar".
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