viernes, 4 de septiembre de 2020

La conquista de la autonomía


 

La conquista de la autonomía. Autonomía y autoapoyo.

Aquí, la versión en vídeo.

Para comenzar, algo de Fritz Perls y de Rebeca Wild. El primero, dice: "Creo que todos podremos estar de acuerdo en que la necesidad de sobrevivir actúa como una fuerza obligada en todas las criaturas vivas y en que todas muestran en todo momento dos tendencias importantes: sobrevivir, como individuos y como especie, y crecer. Estas son metas fijas, pero el modo como son abordadas varía de situación en situación, de especie en especie y de individuo en individuo" (El Enfoque Gestalt y testigos de terapia) 

Ella en "Libertad y límites. Amor y respeto" dice que "no hay ser humano, si siquiera un lactante, que se sienta feliz sólo por el hecho de sobrevivir. En todo organismo está enraizada la necesidad de desarrollo, y esta necesidad determina desde el interior -de acuerdo a su especie- la interacción que le corresponde con el medio ambiente" 

Esta autora afirma, de nuevo siendo muy importante en su exposición la tesis de Humberto Maturana, que para la supervivencia lo más importante es el amor incondicional: niños y niñas necesitan la presencia amorosa de los adultos; para el desarrollo, lo que necesitan es un ambiente preparado que permita desarrollar la autonomía, de dentro hacia fuera, desde la no directividad. Estas áreas, el amor incondicional y la autonomía, no son dicotómicas sino que están estrechamente relacionadas. Para poder ofrecer las alternativas que favorecen la autonomía es necesario conocer las necesidades en las diferentes etapas de desarrollo, pero esto no basta si no existe la mirada amorosa e interesada de un adulto. También para el amor, para expresarlo y que llegue de forma limpia es necesario conocer las necesidades de cada etapa de desarrollo. En cualquier caso, el amor no es resolver los problemas del otro, no es dejar que haga cuanto quiera, no es colmar de regalos... El amor es la aceptación del legítimo otro, amor por su proceso de desarrollo, sus necesidades y ritmos. 

Para enlazar estas ideas de Rebeca Wild de nuevo con la terapia Gestalt, y dando un pequeño rodeo, uso esta frase de Maria Montessori: "cualquier ayuda innecesaria es un obstáculo para el desarrollo". En ese trenzado entre las necesidades de amor y de autonomía, en muchos casos el primero no llega como la aceptación incondicional del legítimo otro, como el interés por el propio proceso de desarrollo. Más bien al contrario, llega condicionado: se recibe el afecto cuando se hace, piensa y desea como otros quieren. Este amor, que se vive a través del interés y la atención recibida, sí llega en cambio cuando se percibe que el otro hace cosas por nosotros; cosas que en muchos casos son ayudas innecesarias. Y así comienzan a entrelazarse, o confundirse, el amor y la autonomía de forma neurótica. Un ejemplo, por si aclara: 

Cuando un bebé empieza a ponerse en pie, camina agarrado y cae una y otra vez. Es muy habitual que en los adultos que hay a su alrededor se despierte el temor a que se hagan daño, el deseo de sujetarle, cogerle de la mano, colocar sus pies, explicar que primero va un pie y luego el otro, decirle que cuidado que se va a caer, aplaudir cuando se atreve a hacerlo... Le está ofreciendo una ayuda innecesaria, puesto que ese pequeño ser caminará cuando y como desde su plan interno esté preparado para hacerlo y habiendo vivido todo el proceso necesario. Puede ser que no solo se le "ayude" a andar, sino que también se le suba al tobogán, al columpio... Brindando múltiples experiencias y estímulos el niño está recibiendo mucha atención, pero sin embargo ésta no es sinónimo del amor incondicional ya que éste es el que observa el proceso y el ritmo con absoluto respeto. El niño o bebé pasa a ser dependiente entonces del apoyo ambiental para experiencias que en realidad no necesita puesto que aún no está preparado para vivenciarlas, o que desde su plan interno realizaría de una forma diferente a quienes le rodean pero por no comprenderse o validarse desde fuera se amoldan al criterio ajeno. En todo el respeto por el desarrollo de la motricidad, es inestimable la aportación de la pediatra Emmi Pikler, que estuvo a cargo de la casa de acogida Lóczy en Budapest. Hasta su libro "Moverse en libertad. Desarrollo de la motricidad global", no se habían recogido observaciones directas del desarrollo motor de niños y niñas sin ayuda. Su trabajo, que continúa vigente en la institución que ahora lleva su nombre, es maravilloso. 

Y así, con todo este rodeo, aterrizo en la terapia gestalt con el abandono del apoyo ambiental en pro del autoapoyo

Imaginen un gatito trepando un árbol. Está comprometido en experimentar. Pone a prueba su equilibrio, prueba su fuerza y agilidad. Pero la mamá gata no lo deja en paz, insiste en que baje de ahí "Te puedes quebrar el pescuezo, gatito malo", le dice. ¡Cómo se atreve a interrumpir con esa situación el placer de crecer que siente el gatito! Con ello incluso podría interrumpir el proceso mismo del crecimiento. Claro que los gatos no se comportan en forma tan estúpida. Dejan la búsqueda obsesiva de seguridad a los seres humanos. Por el contrario el gato, al igual que cualquier otro animal y ser humano sensato, considerará que la esencia de criar es la transformación del apoyo externo en autoapoyo o apoyo que proviene de uno mismo. Enfoque Gestalt. 

Efectivamente, estar en la observación sin interrupción cuando un peque da mil y una piruetas para conseguir subirse al balancín, sostener el miedo y aguantar sin anticipar, no es fácil. Tal y como dice Fritz a continuación, en los seres humanos la transición del apoyo ambiental al autoapoyo es más complicada que en otros animales Recordando las palabras de Ignacio Peña, existe una gran disociación entre biología y cultura, y lo que ésta dictamina como oportuno en muchos casos no es afín a las necesidades biológicas. Pautas que permiten sobrevivir, adaptarse a las necesidades de la sociedad, hacerse un lugar en el mundo... Sin embargo, no favorecen el desarrollo, el despliegue de la persona desde dentro hacia fuera permitiendo que tome contacto con sus necesidades, deseos y capacidades. De nuevo Perls: "Ya sean estos procedimientos antibiológicos, antipersonales o antisociales, de todas formas son interrupciones del proceso en transcurso que, dejado a su propio destino, llevaría al autoapoyo". El enfoque Gestalt.

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